Te vamos a enseñar cómo se prepara una riquísima salsa blanca casera que combina a la perfección con miles de platos, proporcionándoles una textura delicada y un sabor muy cremoso. En otros países se conoce como salsa bechamel y tiene su origen en la gastronomía francesa, aunque los italianos también la usan mucho para sus recetas de pasta, como por ejemplo la lasaña. ¿Te animas? Deberías, porque te sacará de más de un aprieto. ¡Vamos a la cocina!
En una cacerola echamos la mantequilla y la calentamos a media potencia hasta que se derrita.
Bajamos el fuego y añadimos la harina para que cocine durante 6 minutos y pierda su sabor a crudo. Removemos sin parar hasta que quede una pasta homogénea y sin grumos.
Calentamos la leche en un recipiente aparte y la quitamos del fuego en cuanto comience a hervir.
Incorporamos la leche caliente sobre la harina y la mantequilla. Removemos constantemente y volvemos a llevar a ebullición.
Con la potencia al mínimo, cocinamos la salsa durante 10 minutos. Añadimos la nuez moscada y un pellizco de sal.
Ya está lista nuestra salsa blanca, que es la base de otras salsas como la Mornay y combina a la perfección con multitud de platos típicamente argentinos. ¡Que la disfrutes!
En esta receta vamos a aprender cada uno de los pasos para la correcta preparación de una salsa bechamel o salsa blanca sin harina (sin harina de trigo, por lo que es una salsa blanca sin gluten apta para celíacos), pero tranquilos porque el sabor no se perderá y será más saludable que la tradicional.
Te recomiendo que puedas lograr esta salsa blanca sin harina y perfecta para quien le siente mal el trigo o tenga celiaquía. Si lo intentan estoy seguro que nunca más cocinarás la otra.
Paso seguido, cada uno de los elementos necesarios, las instrucciones y algunos consejos extra.
Ingredientes:
Medio litro de leche descremada.
0,035 kilogramos de almidón de maíz.
0,025 kilogramos de manteca sin sal.
Media cucharada de sal.
Pimienta negra (a gusto).
Nuez moscada (a gusto).
Cuidado de prepararla con utensilios limpios de otras recetas que pudieran tener gluten si es para celicacos.
Para lograr una salsa blanca tradicional y sencilla, es recomendable seguir paso a paso esta receta ya que se puede combinar con una gran variedad de platillos.
Ingredientes:
500 centímetros cúbicos de leche descremada. Puede ser también leche con su crema o entera quedando más espesa y necesitando quizás menos maicena o aceite. Según te guste más o menos ligera elige.
Dos cucharadas generosas de maizena.
Una pequeña cucharadita de aceite de oliva (mejor virgen) aunque puedes echar más al gusto
A todas las personas que están interesadas en mantener la línea y no aumentar de peso pueden seleccionar diferentes opciones atractivas de platos riquísimos y bajas calorías, en este caso se trata de la receta de salsa blanca sin manteca.
Además de disminuir la ingesta de calorías que por lo general es elevada, la salsa blanca ligera es perfecta para las personas que quieren bajar la talla del pantalón pero también es recomendable para bajar notoriamente el colesterol.
La bechamel, se la reconoce mundialmente con el nombre de salsa blanca y es una de las más populares recetas que se pueden encontrar. Su finalidad para diferentes platos es realmente amplia.
Por lo general se utiliza para el acompañamiento de tallarines, complemento de un relleno y hasta el gratinado de una comida, este real “todo terreno” de la cocina siempre estará presente.
Lo atrayente es que además se puede preparar una versión baja en calorías y más ligera sin grandes contratiempos y sin modificar la dieta que lleves.
A continuación, te proponemos una versión de salsa blanca light trabajada en casa para acompañar todos los platos que quieras y al mismo tiempo cuidar la figura.
Se trata de una receta con gran tradición. Espesa y ligera, la salsa blanca se asocia muy bien con diferentes platos, desde canelones, salsa para spaghetti, carne a la suiza y hasta en sopas.
Lo simple de hacer y su peculiar fama se establece porque se puede elaborar con ingredientes que encontramos fácilmente en la cocina y en 3 pasos sencillos. De esta forma, la salsa blanca es popular en la mayoría de los hogares.
Es una de las elaboraciones más simples del mundo gastronómico francés, además se la conoce con el nombre “salsa besamela o bechamela“. Gracias a ser versátil se usa como base de una asombrosa variedad de otras salsas: Salsa Mornay, Salsa Cheddar, Salsa Cuatro Quesos, Salsa Mostaza, entre muchas otras.
Ingredientes:
Es una receta muy fácil de hacer
Mantequilla (0,05 kilogramos).
Harina 0,05 (kilogramos).
Leche (500 centímetros cúbicos).
Sal de mesa (a elección).
Pimienta (a elección).
No necesitas más ingredientes, ideal si tienes una varilla para batir, pero vale una cuchara si no.
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